El Día de Gloria, del vóleibol chileno…

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En Santiago y en Lima, el vóleibol chileno hizo historia…

Cuando los muchachos de la roja que dirige Daniel Nejamkin, saltaban a jugar el compromiso de por la medalla de bronce del campeonato sudamericano, en Lima, los primos marco y Esteban Grimalt, hacía unos cuantos minutos habían superado al binomio de República Dominicana en las semifinales del Vóley Playa de los Juegos Bolivarianos y a las 18:00 saltarían nuevamente a la arena a luchar por el oro ante Venezuela.

Sí, ante el mismo rival que Chile tenía al frente, en el Centro de Entrenamiento Olímpico. Y la historia, fue la misma. Los muchachos de Nejamkin, se metieron en la historia grande del vóleibol, vencieron a los llaneros y clasificaron al mundial de México, un hecho no menor, para un deporte colectivo.

Después de 30 años, la roja, vuelve a una cita planetaria, a codearse con lo mejor del vóleibol mundial.

Y en el momento, en que estos chicos irreverentes, que conocen sus capacidades y que respetan a sus rivales, pero que no tienen miedo de plantarse ante cualquiera, se colgaban sus medallas y su capitán Dusan Bonacic era elegido el Mejor Jugador del Sudamericano, los Grimalt escribían una de sus mejores historias en la arena, se colgaban la medalla de oro en el pecho, como flamantes campeones de los primeros Juegos Bolivarianos de Playa, realizados en Lima, Perú.

Los primos Grimalt derrotaban a la pareja Venezolana de Henríquez y Mussa, los mismos que los eliminaron en el camino a Londres 2012. Pero el deporte da revanchas y Marco junto a Esteban, la tomaron en la primera oportunidad que se les presentó.

Por eso fue un domingo especial, un día de gloria para el vóleibol chileno, de esos que llegan de tanto en tanto para nuestro deporte, pero que en este caso tiene un denominador común, que cuando se juntan, las ganas, el esfuerzo y el sacrificio por superarse, no existen los imposibles y lo sueños se pueden cumplir…